Se presentaba la mañana fresca pero con vistas de que fuera calurosa. Después de recoger el dorsal nº 42 personalizado, preparativos de mejunjes, cremas y demás, a las 8,30 horas revisión de dorsales y a las 9 horas el alcalde de la puebla daba la salida de la carrera. El cuerpo y la mente me hacían pensar que podría pasar, practicamente entreno, durante la carrera. Y no ha tardao mucho en responderme, las piernas me pesaban cada una como dos sacos de cemento, aunque de arriba iba bien lo peor de hoy han sido las piernas. Pasado el collado de las santas, empezaban los problemas de calambres que han continuado hasta el final de la carrera. La subida a la sagra ha sido de lo peor que deportivamente me ha pasado, se ha echo eterna, teniendo que dar pasos de niño chico, sin poder hacer fuerza con ellas por que se bloqueaban como dos vigas. Pero lo peor llegaba en la bajada cuando yo pensaba que iba a mejorar las cosas y todo lo contrario, las piernas parecían una tormenta eléctrica dando calambrazos a cada paso. Pensando seriamente en la retirada, pero me he arrastrado literalmente y he ido recuperando hasta que incluso a 4 kilómetros del final he podido correr y terminarla. Tengo que decir que ha sido un verdadero reto para mi y sobre todo para mi cuerpo y mi mente que demuestra hasta donde es capaz de llegar. Luego un buen plato de migas con pasta y una buena y fresca cerveza ( bueno dos) ( veenga vale tres), pero me las he ganado.
Se presentaba la mañana fresca pero con vistas de que fuera calurosa. Después de recoger el dorsal nº 42 personalizado, preparativos de mejunjes, cremas y demás, a las 8,30 horas revisión de dorsales y a las 9 horas el alcalde de la puebla daba la salida de la carrera. El cuerpo y la mente me hacían pensar que podría pasar, practicamente entreno, durante la carrera. Y no ha tardao mucho en responderme, las piernas me pesaban cada una como dos sacos de cemento, aunque de arriba iba bien lo peor de hoy han sido las piernas. Pasado el collado de las santas, empezaban los problemas de calambres que han continuado hasta el final de la carrera. La subida a la sagra ha sido de lo peor que deportivamente me ha pasado, se ha echo eterna, teniendo que dar pasos de niño chico, sin poder hacer fuerza con ellas por que se bloqueaban como dos vigas. Pero lo peor llegaba en la bajada cuando yo pensaba que iba a mejorar las cosas y todo lo contrario, las piernas parecían una tormenta eléctrica dando calambrazos a cada paso. Pensando seriamente en la retirada, pero me he arrastrado literalmente y he ido recuperando hasta que incluso a 4 kilómetros del final he podido correr y terminarla. Tengo que decir que ha sido un verdadero reto para mi y sobre todo para mi cuerpo y mi mente que demuestra hasta donde es capaz de llegar. Luego un buen plato de migas con pasta y una buena y fresca cerveza ( bueno dos) ( veenga vale tres), pero me las he ganado.
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