sábado, 23 de julio de 2016

PASIÓN O SUFRIMIENTO.

 
   Cuando nos preguntan a los que hacemos Trail Running, ¿ por que practicas este deporte?. Intentamos poner diferentes excusas, ¡ disfrutar de la montaña! ( dicen unos ), ¡ por que me lo paso bien cuando salgo con mis compis!, ( dicen otros ), otros sin embargo dicen que ¡ disfrutan de la soledad que te aporta este deporte!. En fin cada uno tiene varias respuestas para esa pregunta.Yo voy a dar mi opinión. Creo que se puede resumir en dos respuestas claras, 1ª Pasión, 2ª Sufrimiento.

    Pasión ; por salir a respirar aire puro, limpio, frío, caliente, húmedo, con niebla, etc... Por ver paisajes que después no encuentras las palabras para explicar a los demás. Por salir a descubrir nuevos senderos, picos, subidas, bajadas, barrancos, ramblas y caminos que no habías visto, ya sean más o menos bonitas pero, nuevas. Por volver a pasar por los caminos, sendas y demás que has pasado veinte mil veces, que conoces como la palma de tu mano y aún así cada vez que pasas te siguen sorprendiendo cosas nuevas. Por poder participar en carreras, marchas, entreno, especifico, etc, que en algunas ocasiones ( carreras) se te da la oportunidad de participar junto a los mejores del mundo de este deporte, así como por parajes a los cuales quizás no podrás ir de otra forma. por sacar nuestro lado más competitivo de poder hacer un buen puesto en las carreras, ir sobrado en los entrenos y específicos, que a todos nos gusta tanto.
Pasión por que este deporte nos llena por dentro, nos llena de la sensación de libertad, sensación de bienestar y nos hace ver el bien de la naturaleza, así como el respeto por la misma.

    Sufrimiento; Sufrimiento, por que saliendo a entrenar y participando en carreras y demás, sacamos el estrés, quemamos adrenalina que el cuerpo genera con la vida cotidiana y nos hace limpiar el alma de malas sensaciones. Sufrimiento, por que a pesar de decir cuando salimos, que vamos a disfrutar, a pasarlo bien, a ver la zona, sabemos que no va a ser así, que vamos a sufrir como perros, que nos vamos a cansar, que sudaremos y perderemos liquido y pasaremos sed, de que esta la posibilidad de caerte, posibilidad de lesionarte, de que te de un pajarón y no te encuentre ni el Tato etc, etc,,,,
Sufrimiento, pues tras acostarte tarde, por lo que sea, a la mañana siguiente te levantas a las 5 de la mañana para poder realizar la tirada larga de entreno programado y que no se te haga tarde para poder estar con los tuyos. Sufrimiento por los esfuerzos económicos que hay que hacer, ya no solo para material, sin no inscripciones, viajes, fisio, alimentación, etc, etc... 
 Sufrimiento, por los tuyos. Ellos si que sienten y padecen el sufrimiento de este deporte. Lo sienten en primera persona, sin un reproche, sin una mala cara, sin decirte eso no, esto tampoco, nada, solo apoyos y ánimos. Te dicen que si es lo que te gusta adelante, aún sabiendo que te va a destrozar mentalmente y sobre todo físicamente. Sufren por que dejas de hacer cosas con ellos, por entrenar o correr carreras. 

Y sobre todo " SUFRIMIENTO " de la persona que está a tu lado siempre, siempre, lo lleva dentro, cuando te ve que te tienes que retirar en alguna carrera, te ve que te lesionas y tienes que estar parado algún tiempo y tu actitud cambia a un estado de animo no correcto.  y jamás la ves que pone mala cara, es capaz de entenderte, de empatizar y no dejar de dar ánimos. La que sufre cuando sales a entrenar, ya sea corto o largo, y no das señales de vida durante mucho tiempo, pués te encierras en tu mundo y no te acuerdas de los demás. 

Lo dicho esas personas si que entienden y sienten el sufrimiento de este deporte que tanto nos llena, por lo menos a mí, y que jamás nos incomodan para que podamos realizarlo. Por lo tanto esta reflexión va dedicada a esas personas por que son en las que se substenta este deporte y sobre todo nosotros, en especial a la parte que a mí me toca, ella sabe que va especialmente dedicado. 

GRACIAS.

lunes, 18 de julio de 2016

EHUNMILAK, 2016

                                                     Ehunmilak 2016




Comenzar diciendo, que se presentaba una carrera dura, aun presentándose mejores condiciones climatologicas que otras ediciones. El viaje, perfecto en inmejorable compañía, mi mujer, gran apoyo.
Según van pasando las horas ya en Beasain, ciudad comienzo y final de carrera, se van entremezclando sensaciones muy distintas, unas veces con el ánimo por las nubes y con ganas de empezar y otras veces hundido y pensando que donde me había metido, que la idea no era buena y la locura no presentaba bien.
Día anterior, recogida de dorsal y poco a poco subiendo la adrenalina por el cuerpo, al ponerme en la fila junto con otros corredores tan ilusionados como yo en podre realizar esta hazaña de 168 kilómetros con más de 22.000 metros de desnivel acumulados y todo en menos de 48 horas.
La mañana de la carrera,ya que empieza a las 18:00 horas, se pasa rápida, entre preparativos, pasar por la Pasta Party, comer junto al resto de corredores, etc. Así llega la hora de ponerse todo lo necesario para el día, pantalones, calcetines, zapatillas, camiseta, el dorsal, mochila, revisando que no falte nada y una horita antes, camino a la salida.
Al llegar es chocante como poco a poco vamos llegando todos,bueno los Élites no, con cara de niños en medio de una cabalgata de Reyes magos, viendo como caen los regalos de todas partes.
Una mezcla de éxtasis, ilusión y miedo que nos nubla la mente para no ver lo que tenemos por delante y que ya no hay marcha atrás.
Ya entrando en el corralito ( que chocante ), corralito, sin duda parece un corral donde entramos esperando la salida al infierno. Todos evitamos ponernos cerca del arco de salida, como si así retrasamos el infierno que se nos viene encima. Solo unos pocos (entre ellos, yo), nos acercamos al limite que marca la serenidad con la aceleración, y a partir de hay todos detrás como cual ganado detrás del pastor.
Esos instantes previos a la salida, entre protocolos, palabras de las autoridades y espera a la llegada de los Élites, esos 15-20 minutos, por lo menos a mí, me pasan muchas cosas por la cabeza, pero, muchas; horas de entreno, horas de preparativos, horas lejos de los tuyos, el apoyo de los amigos en las redes o personalmente, etc.. Y hace que broten de lo más profundo unas lagrimas que hacen que el cuerpo se relaje un poquito.
Cuando se da la salida y ves las calles llenas, pero, abarrotadas de personas animándote, cargándote las pilas y al resto de corredores como tu, emocionados, incluso los élites, sabes que todo está vendido y un poco más fácil va a ser (si no te pones a ritmo de los primeros claro), si no duras menos de 2 horas.
Es verdad que depende como vayas físicamente, vas sumando kilómetros, mejor o peor pero, mi experiencia me dice que las primeras horas me dicen como va a ir. Durante esos primeros kilómetros es espectacular, como vas con otros corredores charlando, disfrutando de parajes que te dejan sin palabras, del tiempo que va a hacer, etc... Vas pasando avituallamientos y paras a recargar, agua, isotónica, comer algo, por que si algo he aprendido en carreras largas es qué, hay que parar y comer y beber en todos los avituallamientos, pero, en todos, sin duda. Y así un avituallamiento y otro, sumando kilómetros y haciendo la carrera en pequeños tramos que van de punto a punto de control. Comentar como en ninguno de los avituallamientos de los que paré vi ni un mal gesto, una mala cara, un mal comentario, nada todo perfecto ( un 10). Importantisimo el trabajo de los voluntarios, es primordial.
Sigo con mi experiencia en esta carrera, que es cierto que ha marcado un punto de inflexión en mí. Tras ir sumando kilómetros y ver que físicamente iba muy bien, que animicamente iba también de lujo, todo va unido, y que de tiempos de paso iba aún mejor de lo que esperaba, todo parecía que sería una buena carrera. Pero como digo en una carrera tan larga, de tantas horas, es importantisimo, (consejo), tener previsto los imprevistos.Fueron varios los factores los que no tuve en cuenta, uno la salida era a las 18:00 horas de un día que se presentaba en el País Vasco con mucha niebla a partir de esa hora, que la humedad puede llegar a a superar el 90%, que incluso cayeron algunas gotas de lluvía, que durante toda la noche pasamos por zonas altas de bosques, espectaculares por cierto, en que el agua chorreaba de los arboles. Así que durante muchas horas fuí empapado de arriba abajo como si, hubiera estado lloviendo a manta durante horas. Además mucho barro y charcos, que hicieron que pegara algún resbalon que otro con la susodicha costillá, suerte que yo caí en barro, otros tuvieron más mala suerte, como un chaval Portugués que resbaló en una zona de bajada, muy empinada, con muchas piedras redondeadas, super resbaladizas y que cuando llegué a su altura, estaba el pobre llorando desconsolado y sin poder levantarse, le dije que no podía quedarse hay pues sin hacer mucho frío la temperatura estaría en torno a los 12-14º, no debería estar mucho parado. Le ayude a levantarse le pregunté si estaba bien, estuve un rato con el hasta que se recupero y andamos un rato juntos. Cuando ya empezó a ir mejor lo fui dejando atrás y a través de la oscuridad y la niebla, le iba gritando que si estaba bien y diciéndole pasos malos que venían, para que llevará precaución. Por cierto después viendo fotos vi una de meta, en la que entraba él, me alegré mucho.

Bueno, sigo con lo mio, Fué una noche dura entre subidas no muy largas pero de un desnivel brutal, con un barro que para arriba dabas un paso y bajabas tres y para abajo a veces lo mejor era tirarse como si esquiaras, a veces divertido si no era por que pronto te salias del camino, pues no se veía a más de un metro del frontal, y mirando al suelo, porque si levantabas la vista al frente dabas con una pared en la trompa a un metro. Nos juntamos un grupo que uno tras otro íbamos bajando a tientas, gritándonos unos a otros para no salirnos de la senda, los bastones, que por cierto se me rompieron y se me clavaban en el suelo y se me separaban en 2 o 3 partes y me hacían volver a por ellos, a veces subiendo otra vez 4 o 5 metros para atrás. Lo mejor de la noche, los cresteos que a veces te subían por encima de la niebla y lo que dejaba al descubierto, no lo puedo describir, sin palabras emocionado y alguna lagrima que caía.
Ya amaneciendo y antes del avituallamiento de Tolosa, kilómetro 77, empece a ver que no todo iba bien. Ya en el kilómetro 40 me había cambiado de calcetines y pantalones, pues iba muy calado. Pero creo que fue tarde pues en los pies no lo notaba aún pero si en la entrepierna y sobre todo en la zona de la anilla de la operación, la cual empezaba a escocer y no poco. Me había echado crema especial, vaselina, pero, no fue suficiente o no las veces necesarias. Al llegar a Tolosa el escozor era insoportable y lo peor, los pies en las plantas empezaban a quemar, pues al empezar el día la temperatura fue subiendo hasta llegar a pasar los 30º, que junto cn la humedad de la noche anterior, formo una bomba que termino por mocerme los pies. Lo que me pasó según dijo la enfermera, es que no tenía ampollas si no que lo que se siente es, que la piel de la planta de los pies se separa de la carne y cuando pisas parece que pisas una plantillas con mil alfileres.
Aún así salí del 77 y seguí camino, fui aguantando hasta el kilómetro 90, último avituallamiento antes de la subida más larga y más dura de la carrera. Un tramo de unos 19 kilómetros en pleno medio día, para los que vamos a un ritmo de calle, en el cual se sube más de 1.700 metros de desnivel positivos en el que el único avituallamiento que hay es en el kilómetro 94, que solo se trata de una fuente de agua que surge de la pared de la montaña y que se pasa entre las 13:00 y las 16:00 horas, las peores de calor. Fué terrible lo que me costó llegar al punto de control del 96, los pasos que daba no superaba un pié del otro, allí estaba el control, lo pasé y me cruce con unos voluntarios que bajaban de vuelta con un chaval Japones que se retiraba y bajaban por donde habíamos subido de vuelta al 90. Me preguntaron como iba, les dije que fisicamente perfecto pero, no podía dar ni un paso, y que seguramente tendría que retirarme en el siguiente punto. Me dijeron , muchachooooo, que queda muchoooo y aquí no se puede subir a por ti, bájate con nosotros. Pero, de los cobardes no se escribe y les dije que seguía y que varía a ver cuando llegara. A veces es mejor hacer caso a los que saben, por qué no es que quedara mucho, no, quedaba un mundo para ir en mis condiciones, pasico a pasico, como chiquito. Llegando al kilómetro 102, en un puesto médico en lo más alto de la carrera, había una doctora que me vio llegar y se apiado de mí, la verdad que gracias a ella pude realizar los 8 kilómetros siguientes.
En los roces me puso vaselina con unas vendas para que no tocara piel con piel y me aliviaron muchísimo, pero, para los pies ya no había remedio y esos 8 kilómetros se me hicieron eternos, tarde mas de 5 horas en hacerlos y eran todo cuesta abajo. Ya con la idea en mente de retirarme en el siguiente punto, pués no podía andar nada, fui bajando poco a poco, ese tramo me pasaron pues un montón de corredores, todos me peguntaban como vas, y me daba mucha rabia decirles que iba perfecto físicamente pero, que no podía ni dar un paso. Todo en unos parajes de ensueño, rodeado de pastos, con Caballos salvajes, Vacas, Ovejas pastando y con el atardecer al fondo espectacular. Llegando a una explanada de pastos al fondo veo un coche de la Cruz Roja, y digo ole, mi salvación. Cuando voy llegando a ellos a unos 600 metros, veo que arranca da la vuelta y se va, huy, huy, huy, gritando levantando las manos y nada se aleja. En mi mente solo queda la opción de seguir, despacio pero, seguir, los siguientes 3 kilómetros más o menos que hice hasta llegar al punto que tenía la Cruz Roja montado no los comento, los dejo a la imaginación. Cuando llegué los chavales de la C, R, se portaron de lujo, superatentos, en ningún momento me dejaron solo y en todo momento preguntando. Allí en ese punto habían varios corredores retirados, varios con el mismo problema que yo, uno con la rodilla rota de una caída y algún otro por cansancio. 

Quiero dar un abrazo enorme a los/las Voluntarios de la Cruz Roja. Y ya desde hay traslado al polideportivo de Beasain, para revisar los pies refrescarme y poner fin a la carrera. Al final lo dicho, entre la humedad, el calor tan alto, las subidas con tanto desnivel así como las bajadas tan empinadas, que en todo momento llevas los pies al limite, pasaron factura, y no pude acabar, pero me vine contento pues las sensaciones fueron buenas y me vine con la sensaciones de que puedo acabar una carrera de 100 Millas.
Dar las gracias a mi mujer, pues su apoyo fue tremendo, siguiéndome, animándome y aguantando todo lo que esto conlleva.

También a mis dos hijos, que cuando me baja el ánimo me acuerdo de ellos y me sube a tope.

Y a todos los que me habéis dado vuestro apoyo y habéis confiado en mí.

Próximo reto, Ultrapirineus, en septiembre, en principio no iba a ir pero, los proyectos están para realizarlos, terminarlos o no, pero, para realizarlos. Pueden salir o no pero si no lo intentas no sabes si los acabaras y lo que es mas importante, no los disfrutas.

Cuando pasa el tiempo, se olvidan de ti, pero, lo que haces
queda en tu memoría para siempre.


EHUNMILAK, 2016